Crecí, con estereotipos de belleza a donde quiera que volteara; en las películas de Disney, en las novelas mexicanas y hasta en los comerciales locales de mi ciudad.
Mujeres rubias de ojos azules, siempre han inundado la television Mexicana; aunque este fenotipo este lejos de representar al Mexicano promedio. Y es que, aunque a la mayoría de los Mexicanos, les encanta subrayar con ahínco, que somos un pueblo mestizo, que venemimos en diferentes formar y colores; la realidad es que la mayoria, poseemos un fenotipo parecido, que nos cuesta aceptar.
Poder Prieto es una iniciativa que nació en México, impulsada por actores y actrices, que busca visibilizar la discriminación que sufren las personas de tez morena, y rasgos amerindios.
En un país donde la mayoría somos de piel morena, con rasgos americanos; una propuesta como poder prieto, debería de convertirse en el tema central de las conversaciones familiares. Pero hablar de color de piel y razas, es algo que incomoda a la mayoría de los Mexicanos. Aceptar nuestro ADN indígena, es más incómodo que aceptar, cuando subimos de peso.
Nuestro ADN Nativo Americano, se encuentra empolvado en un closet; casi nunca sale. Es tan doloroso para los Mexicanos hablar de ello, que cuando una iniciativa como Poder Prieto, visibiliza nuestra inexistente relación con nuestro origen, la gente se altera.
La iniciativa, ha recibido toda clase ataques; desde los que acusan al colectivo, de buscar sólo su beneficio, hasta los que señalan a sus integrantes de ser personas abominables. Es una iniciativa que durante los últimos años ha molestado a la mayoría de los Mexicanos, a los cuales les gusta pensar que en nuestro pais no existe el racismo; que solo las personas sensibles, necesitan verse representadas con los programas de television.
Entender la importancia de la representación, es muy difícil en un país como México; porque a la mayoría de los Mexicanos, que representamos la comunidad Morena-Indigena-Mestiza, no le gusta serlo. Los personajes caucásicos los representan, porque erróneamente se identifican con ellos. Pero no debería ser así , y es algo que tiene que cambiar.
Tratar de hacerle entender a la gente, que no está bien, que no existan personas que se vean como los mexicanos promedio, en la publicidad y en la television, es casi imposible. Por eso, quiero simplificar, con un ejemplo personal.
Yo crecí toda mi vida viendo a las princesas Disney; todas ellas, altas, rubias y de ojos azules. A pesar de ser una niña, entendía que no eran parecidas a mí. El mensaje que yo recibía, era que yo no era bonita; por eso no se hacían personajes como yo. Sí, Disney es una empresa extranjera, pero lo mismo pasaba con los programas de televisión en mi país.
Un día, Disney decidió hacer un personaje completamente diferente, basado en la historia real de Pocahontas; sus ojos eran pequeños, su cabello negro, lacia, con una pequena nariz; típica de los pueblos Americanos. Yo era una niña, cuando vi el personaje de Pocahontas por primera vez; mi reacción fue que era fea. No me parecía bonita. Pase tanto tiempo viendo princesas rubias, que todo lo que era diferente era feo, desde mi perspectiva.
¿ La peor parte de este relato?, Pocahontas se parece a mí; tiene los típicos rasgos nativo americanos, que yo también tengo. Ahora, ¿entiendes la importancia de la representación?
Los años, no sólo me enseñaron a aceptar mi color de piel y rasgos. Aprendí a amarme y sentirme bonita con el legado de mis ancestros. Me gustan mis ojos negros, mi cabello lacio y mi pequeña nariz mexicana, con su cartílago casi inexistente.
Me veo a mí misma como una Pocahontas o una Malinche moderna, enfrentando como ellas los retos de la era moderna.
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